La hermenéutica como método de interpretación de textos en la investigación psicoanalítica (2024)

Introducción

Los investigadores en Psicoanálisis se sumergen en los textos de Sigmund Freud para comprender diversos aspectos de la disciplina, incluso para investigar cuestiones no tratadas directamente por el padre del Psicoanálisis. De manera similar, los juristas estudian exhaustivamente leyes y otros textos jurídicos, como tratados , sentencias judiciales y constituciones para lograr una interpretación adecuada de la norma jurídica contenida en dichos textos. Por su parte, los teólogos se vuelcan a la Biblia y otros textos religiosos para interpretar los preceptos contenidos en tales textos y avanzar el conocimiento en temas bíblicos. Los críticos literarios navegan los textos literarios para interpretarlos, explicarlos y comentarlos.

Si bien la interpretación de textos es milenaria, porque, por ejemplo, el Nuevo Testamento es una interpretación del Antiguo Testamento y los Romanos interpretaban sus leyes escritas (Stein, 2011), la mayoría de los trabajos sobre metodología de la investigación no ahondan en la manera en que estas disciplinas interpretan textos. La corriente predominante hace énfasis en los distintos aspectos del modelo científico y en las diversas adaptaciones y transformaciones que ha venido sufriendo en las últimas décadas, sin ahondar en reflexiones sobre las investigaciones que tienen por objeto de estudio a los textos.

Tanto el método de investigación de las Ciencias Naturales como el método de las Ciencias Sociales –incluso dentro de la perspectiva cualitativa- resultan muchas veces estrechos para las investigaciones cuyo objeto principal es la interpretación de textos, tales como ciertas investigaciones en Psicoanálisis, Derecho, Teología y Crítica Literaria, entre varias otras.

El presente artículo tiene por objetivo explorar las aristas salientes de la hermenéutica como método de interpretación de textos en investigaciones cuyo objeto de estudio es un texto disciplinar. El foco del artículo no es la tarea de los profesionales de estas disciplinas –terapeuta, abogado, ministro, o crítico- en cuanto concierne a la terapia, a la defensa en un juicio, al sermón o a la reseña de una obra literaria. El foco del artículo es la tarea del investigador de estas disciplinas dentro de un proceso de investigación formal para la elaboración de nuevo conocimiento cuando su objeto de estudio son textos. Para contextualizar el tema, el artículo comenzará con un breve recorrido sobre el modelo científico, su recepción en las Ciencias Sociales y sus perspectivas cualitativa y cuantitativa, para luego centrarse en la hermenéutica como el método de interpretación de textos en investigaciones. A pesar de que ella reniega de procedimientos rígidos, el artículo finaliza con una exploración de los pasos concretos que puede efectuar el investigador para emplear la hermenéutica en una investigación cuyo objeto de estudio esté conformado por textos.

El modelo científico

Con el surgimiento del Positivismo en el siglo XIX, nacido del pensamiento racionalista del Iluminismo (Comte, 1865), el modelo científico de las Ciencias Naturales se instaló como método hegemónico en la investigación y dominó casi con exclusividad hasta el siglo pasado la investigación dentro y fuera de la universidad. Desde este paradigma, la investigación es concebida como un proceso de producción de conocimiento mediante “el cual se intenta (i) dar respuesta a problemas científicos mediante procedimientos sistemáticos, que incluyen la producción de información válida y confiable, y (ii) comprobar si tienen fundamento empírico las respuestas que, hipotéticamente, se han dado a problemas científicos” (Borsotti, 2009).

El modelo científico se basa en la premisa de que hay un mundo objetivo del que el científico puede extraer datos y verificarlos mediante una investigación empírica, es decir, un proceso de observaciones sobre el mundo que implica hacer conjeturas (hipótesis), derivar predicciones de ellas como consecuencias lógicas, y luego realizar experimentos u observaciones empíricas basadas en esas predicciones.

Además de su naturaleza empírica, el modelo científico se caracteriza por su estricta adhesión a rigurosos procedimientos y estándares que todo investigador debe seguir. Estos estándares y procedimientos incluyen, en general, los siguientes pasos: (i) identificación de la situación problemática cuya solución requiere de la producción de nuevo conocimiento, (ii) identificación del objeto de investigación, (iii) formulación de preguntas a las que se intentará dar respuesta, (iv) estado del arte, es decir, la exposición sistematizada y crítica del conocimiento teórico y empírico producido sobre el problema, (vi) la elaboración del marco teórico de referencia, (vii) los objetivos de la investigación, (viii) las hipótesis, es decir, las conjeturas sobre las soluciones al problema a investigar, (ix) la metodología para la recolección y análisis de datos, (x) el análisis de los datos recolectados, (xi) la presentación de los resultado obtenidos, y (xii) las conclusiones sobre las soluciones al problema planteado (Borsotti, 2009). Asimismo, conforme al modelo científico, las investigaciones deben ser públicas, abiertas a críticas y evaluaciones y detentar una forma que permita que otros puedan construir conocimiento (nuevas investigaciones) a partir de ellas. El arquetipo del modelo científico es el biólogo u otro investigador de las ciencias duras que toma un objeto de investigación, tal como un insecto, una rata, o una hoja de una planta, y lo observa mediante un microscopio en su laboratorio para extraer sus conclusiones.

El método de investigación en las Ciencias Sociales

Las Ciencias Sociales, que sufrían una especie de complejo de inferioridad respecto de las Ciencias Naturales, adoptaron, a partir de Émile Durkheim, el modelo científico de las Ciencias Naturales para lograr prestigio dentro del mundo académico que se orientaba, tanto en Europa como en Norteamérica, hacia una universidad focalizada en la investigación (). Esta adaptación del modelo científico a las Ciencias Sociales surgió dentro de la Sociología y luego se expandió a otras disciplinas.

Como las Ciencias Sociales no pueden poner bajo un microscopio su objeto de estudio –lo que resulta esencial para el modelo científico-, fue necesario construir el objeto de la investigación de manera de colocar al objeto de estudio al exterior del investigador. De este modo, por ejemplo, Durkheim (1895) elaboró el concepto de hechos sociales, los que pasaron a ser objetos de investigación, permitiéndole al científico social colocarse a distancia del objeto de estudio, emulando el trabajo del científico de las Ciencias Naturales. Así, en cada investigación, el investigador debe construir su objeto de estudio para poder observarlo y analizarlo de manera independiente de sí mismo. La mayoría de las Ciencias Sociales adoptaron este método. Incluso el Derecho en los Estados Unidos importó el modelo científico y lo adaptó –de manera artificial e inadecuada- al estudio de los textos jurídicos. Christopher Columbus Langdell, decano de la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard, a fines del siglo XIX extrapoló el modelo científico al Derecho, donde la sentencia judicial (el caso) pasó a ser el objeto de investigación del Derecho, la biblioteca, el laboratorio del investigador y el descubrimiento de los principios legales de la sentencia judicial, los procedimientos y estándares de la metodología científica (Hermida, 2006).

Perspectiva cualitativa

Si bien la perspectiva cualitativa se conoce desde la Antigüedad, en los años 1960 y 1970 tomó fuerza como reacción a la perspectiva cuantitativa del paradigma de investigación de las Ciencias Naturales que, como ha sido señalado, también predominaba en las Ciencias Sociales. De acuerdo con Denzin y Lincoln (2005, p. 8), “la investigación cualitativa implica un acercamiento interpretativo y naturalista del mundo. Esto significa que los investigadores cualitativos estudian los objetos en sus escenarios naturales, intentando dar sentido, o de interpretar, a los fenómenos en términos de los significados que las personas les atribuyen.” Para ello, el investigador cualitativo recurre a “una variedad de materiales empíricos –estudios de caso; experiencia personal; introspección; historia de vida; entrevista; artefactos; textos y producciones culturales; textos observacionales, históricos, de interacción y visuales- que describen tanto rutinas y momentos significativos como significados presentes en la vida de los individuos” (, p. 8).

La perspectiva cualitativa busca entender los significados, las características, y símbolos de los fenómenos de estudio tratando de ver los porqués y los cómos de los fenómenos. En lugar de cuantificar, la perspectiva cualitativa quiere explorar el objeto de investigación sin recurrir siempre a categorías de análisis previas. A diferencia de las Ciencias Naturales, intenta descubrir el fenómeno a medida que se realiza la investigación.

En la investigación cualitativa, hay un reconocimiento de que el objeto de investigación no es algo externo al investigador, sino que el objeto es una construcción que surge de la interacción entre el investigador y lo que el investigador determina y delimita como objeto. Cuanta más conciencia tiene el investigador de su propia subjetividad y sobre cómo la misma influye sobre el objeto de investigación, la investigación más se aleja de la perspectiva cuantitativa del modelo científico de las Ciencias Naturales. En el extremo más alejado de la perspectiva cuantitativa, el investigador no solo explicita su subjetividad, es decir, su clase social, género, orientación sexual, raza, e incluso sus emociones, sino que la investiga en una especie de autoanálisis. En otras palabras, la subjetividad misma pasa a ser parte de la propia investigación que se materializa en investigaciones auto-reflexivas (). De esta manera, los límites entre el objeto, el sujeto y el propósito de la investigación se desdibujan. Es más, el objetivo de la investigación no es solo el del descubrimiento de un fenómeno sino también el de autodescubrimiento del propio investigador.

La perspectiva cualitativa no ha adoptado un único método de recolección y análisis de datos, sino que toma métodos, técnicas e instrumentos de diversas disciplinas y prácticas de investigación, tales como, el estudio de caso –el estudio profundo de todas las dimensiones de un único evento o serie de eventos complejos que se orientan a ilustrar puntos de vista o teorías, investigación acción, entrevistas, focus groups, observación y etnografías, entre varios otros, incluyendo también instrumentos vinculados con la investigación cuantitativa, como estadísticas, hojas de cálculos, tablas y gráficos ().

A pesar de la variedad disciplinar, teórica y metodológica de la investigación cualitativa, ninguno de los métodos o técnicas seguidos resulta suficiente para explicar la metodología empleada por el investigador de disciplinas cuyo objeto de estudio está constituido por textos.

La hermenéutica

Las Ciencias Naturales recurren a métodos de interpretación de objetos naturales, pero la investigación de textos requiere de un método específico para la comprensión de los mismos. No hay dudas de que los métodos de las Ciencias Naturales podrían ser aplicados a los textos, pero al hacerlo, a los textos se los estaría tratando como objetos naturales, silenciosos e inertes (Palmer, 1969). Como textos, los mismos requieren de un método de interpretación más sutil y específico, que tampoco se halla presente en el arsenal de métodos y prácticas seguidos en la investigación cualitativa.

La hermenéutica provee una alternativa propia para la interpretación de los textos. La hermenéutica es, en sentido general, el estudio de la comprensión y de la interpretación, y en sentido particular, la tarea de la interpretación de textos (Palmer, 1969). La hermenéutica es considerada como parte de la perspectiva cualitativa porque el concepto predominante de la investigación cualitativa incluye, de manera general, todos los enfoques que no son cuantitativos. Sin embargo, la hermenéutica poco tiene en común con los métodos generalmente utilizados en la investigación cualitativa, y mucho menos con la perspectiva cuantitativa del modelo científico de las Ciencias Naturales. Habermas (1970) distingue el enfoque hermenéutico de uno empírico-analítico y de otro crítico-social. Para Habermas (1970), el enfoque hermenéutico otorga preponderancia y estatuto científico a la investigación bibliográfica.

El campo de la hermenéutica se desarrolló como un esfuerzo para lograr modos históricos y humanísticos del entendimiento (). Pero la hermenéutica no se limita a un conjunto de instrumentos y técnicas para la explicación de textos, sino que intenta ver el problema dentro del horizonte general de la interpretación misma. De esta manera, su foco de atención es doble: (i) el hecho de la comprensión de un texto y (ii) qué significan la interpretación y la comprensión (Palmer, 1969).

Las dimensiones de la hermenéutica

La hermenéutica presenta una triple dimensión, esto es: (i) la hermenéutica como lectura, (ii) la hermenéutica como explicación y (iii) la hermenéutica como traducción, lo que permite apreciar la complejidad y, a la vez, especificidad de la hermenéutica como teoría y como método interpretativo para la comprensión de textos (Palmer, 1969).

Lectura

Toda lectura (silenciosa) de un texto es una forma encubierta de una interpretación oral, por lo que los principios de la interpretación oral, tales como la actuación, el énfasis, la entonación, se aplican a la interpretación de cualquier texto. Para poder entender un texto es necesario entender de antemano lo que se va a decir, pero este entendimiento debe provenir del texto mismo, lo que demuestra la existencia de un proceso dialéctico que implica que es necesario entender para leer un texto y tal entendimiento proviene únicamente de una lectura interpretativa del propio texto.

Explicación

La explicación como parte de la interpretación hace énfasis en el aspecto discursivo de la comprensión. Los textos no solamente dicen algo, sino que también explican algo, lo racionalizan y lo clarifican.

Dado que el significado de todo texto depende de su contexto, el procedimiento explicativo provee el medio para lograr la comprensión del mismo. En la hermenéutica, el horizonte del contexto, los significados previos y las intenciones son parte de la etapa previa a la comprensión de un texto, denominada pre-comprensión- por lo que es necesario preguntarse qué conocimiento previo es necesario para poder interpretar un determinado texto.

El investigador, para poder comprender un texto debe pre-comprender el tema y la situación antes de poder entender e interpretar su significado. En la práctica, esto implica desplazarse repetida y cíclicamente entre las partes o aspectos del fenómeno y el todo, con el objetivo de obtener una mayor comprensión del texto. Usando el concepto y la práctica del círculo hermenéutico, los investigadores reconocen que el texto se entiende como un todo porque sus partes están integradas en el todo. Al mismo tiempo, los investigadores reconocen cómo el todo contextualiza cada una de las partes, buscando iluminar el texto dentro de su contexto (Paterson, Higgs, 2005). El proceso implica un examen de las partes, definiendo cada componente antes de que las partes sean reintegradas al todo (Bontekoe, 1996).

De esta manera, se recurrea un entendimiento parcial para poder continuar interpretando y comprendiendo. El texto mismo provee el contexto para su propia interpretación, lo que exige, como se señaló, un cierto conocimiento previo del tema (pre-comprensión). De lo contrario, no puede haber comunicación entre el intérprete y el texto. La función explicativa de la hermenéutica constituye un vehículo para la pre-comprensión para la interpretación de un texto (Palmer, 1969).

Traducción

Tanto la interpretación como la traducción son formas de hacer entendible algo que no lo es (Owji, 2013). El traductor y el investigador se convierten en un mediador no solo entre dos lenguas o dos mensajes sino también entre dos culturas.

La tarea de un traductor consiste en un proceso de negociación de significados entre el productor y el receptor del texto (Mason, 2014), donde la traducción nunca es literal, sino que el objetivo del traductor es el de producir un texto nuevo (traducción) que tenga el mismo significado que en el texto original pero que sea expresado de manera que le resulte natural al receptor del mismo en su propia lengua (Larson, 1984). En este sentido, la traducción intenta remplazar un mensaje en una lengua por el mismo mensaje en otra. Esto requiere comprender, evaluar e interpretar cada aspecto y elemento del mensaje, su contexto, las condiciones históricas imperantes durante su producción y todos los demás antecedentes y características del lenguaje en que fue codificado el mensaje para lograr el mismo propósito en el mensaje traducido (Kelly, 2005).

La tarea del investigador que interpreta un texto es similar a la tarea de un traductor que lo interpreta para traducirlo a otra lengua, pero el resultado hermenéutico contiene un valor agregado respecto de la traducción al poner énfasis en lo histórico-contextual.

El investigador cuenta con el mismo arsenal de estrategias que el traductor, las que incluyen, el cambio de visibilidad, que incrementa la presencia del traductor en el texto, el cambio de coherencia, mediante la cual se efectúan cambios en el texto original, combinando párrafos y recurriendo a otros textos del mismo autor o de otros autores, traducción parcial, es decir, la no incorporación de ciertos aspectos del texto en la traducción y la trans-edición, es decir, cambiar la organización, cierta información, y todo aquello que sea necesario para hacer inteligible al texto (Owji, 2013).

Asimismo, la tarea del intérprete es también una función histórica, es decir, un entendimiento histórico de los textos, dado que el texto se considera siempre un objeto histórico (Dilthey, 1988) por lo que se requiere traducir o interpretar el mensaje a la luz de su contexto y encontrar su equivalente en el contexto contemporáneo.

De las dimensiones de la hermenéutica, se desprende que la misma trabaja necesariamente con el lenguaje, el cual determina la visión y el pensamiento del ser humano, por lo que la comprensión de textos constituye siempre un emprendimiento histórico, dialéctico y lingüístico (Palmer, 1969).

El enfoque hermenéutico

El enfoque hermenéutico descansa en la premisa del círculo hermenéutico, el cual establece la relación entre el todo y sus partes. Las partes de un texto –lingüísticas y estructurales- no pueden entenderse aisladamente del todo, es decir, el texto completo. Y solo podemos comprender el todo en cuanto el mismo se expresa en sus partes. De esta manera, el investigador se mueve en un círculo entre partes del texto y todo el texto y entre todo el texto y partes del texto (Wachterhauser, 2002).

Otro de los aspectos identificativos del enfoque hermenéutico (Gadamer, 1975; 1981) es el uso de preguntas y respuestas en el análisis de textos (). La lógica de la pregunta y la respuesta es especial para las ciencias hermenéuticas, las cuales no construyen generalizaciones a partir de datos de forma lineal, incremental e inductiva1 sino que comienzan con el todo, el general, la predicción y el trabajo hacia la parte (Weinsheimer, 1985) y luego regresan de nuevo al conjunto (Paterson, Higgs, 2005).

Para Gadamer (1981), las claves de la comprensión de un texto no son la manipulación ni el control, como en el modelo científico, sino la participación del interprete en la interpretación y la apertura a los caminos interpretativos a los que lleve el texto (Paterson, Higgs, 2005). Tampoco lo es el conocimiento como tal, sino la experiencia. Para Gadamer (1981), el objetivo de la hermenéutica no es establecer reglas objetivamente válidas para la comprensión sino concebir la comprensión misma del modo más amplio posible. La hermenéutica no se preocupa por lograr una comprensión más correcta (y, por lo tanto, con establecer reglas para la interpretación válida) sino con comprender más profundamente y más valederamente (Palmer, 1969).

A modo de ejemplo, en Psicoanálisis, cuando el investigador se propone ahondar en un concepto psicoanalítico, generalmente, comienza por una exploración bibliográfica freudiana en la que precisa, ubica, revisa y compara los conceptos a investigar (Quintana, 2016), lo que complementa con una interpretación y comparación de las bases teóricas de los textos seleccionados, intentando buscar que los diferentes textos, pertenecientes a distintos momentos teóricos, dialoguen entre sí. El investigador aborda la temática desde una lectura crítica, desplegando las ideas freudianas en toda su riqueza e innovación, pero señalando también sus obstáculos y contradicciones (Quintana, 2017).

En el campo del Derecho, también se emplea la hermenéutica para interpretar textos jurídicos, es decir fuentes legales primarias, con el propósito de explicar, evaluar o predecir decisiones judiciales o legislativas o desarrollar reformas legales (Sánchez Zorrilla, 2011). El objetivo es descubrir la ley o aplicar la ley descubierta a situaciones particulares (Dawson, 1991-1992). Para ello, se recurre a la interpretación de todos los elementos del texto, incluyendo los gramaticales, semánticos y extensivos. La tarea del investigador es tratar de descifrar lo más auténticamente posible el significado, actual, de la norma mediante el recurso a cada una de las dimensiones de la interpretación hermenéutica (Hutchinson, Duncan, 2012).

La práctica de la hermenéutica

Si bien la hermenéutica rechaza los procedimientos y estándares rígidos del modelo científico resulta de utilidad explorar qué pasos puede seguir un investigador en la práctica para llevar a cabo una investigación en la que se aboque a interpretar textos desde la hermenéutica.

Estos pasos, que se enumeran para facilitar su lectura, no ocurren de modo lineal en el tiempo, sino que son parte de un proceso cíclico que continúa a lo largo de toda la investigación.

Al abordar un texto, en primer lugar, resulta fundamental explorar la historia del texto, es decir, examinar el contexto histórico en el que fue elaborado, entender las filosofías e ideologías imperantes en tal momento histórico, descubrir las costumbres y tradiciones de la época y todo elemento que pueda ayudar al investigador a entender el contexto histórico del texto, para lo que se requiere una “sensibilidad a la historia”. Esto contrasta con el modelo científico que al reclamar objetividad técnica efectúa un análisis ahistórico, es decir, prescindiendo del contexto histórico y de todos los antecedentes históricos, como si el texto se tratara de un ser animal o vegetal que pudiera ser asilado y examinado bajo la lente de un microscopio (McCaffrey, Raffin Bouchal, Moules, 2012). Pero este aspecto de la hermenéutica también difiere de la metodología de investigación seguida por la Historia como disciplina. Esta metodología, denominada historiografía, es la aplicación del modelo científico al campo de la Historia y consiste en un proceso de investigación de eventos pasados para dar cuenta de los mismos y de recapturar sistemáticamente los matices complejos, las personas, los significados, los eventos e incluso las ideas del pasado que han influido y dado forma al presente (). La investigación histórica se basa en una amplia variedad de fuentes, tanto primarias como secundarias, que van más allá de la interpretación de textos. Incluso, cuando el historiador analiza un texto, tanto sea como fuente primaria o como secundaria, su enfoque difiere radicalmente del hermenéutico. El historiador somete al texto a un análisis donde busca obtener evidencias y pruebas cuantificables para la validación del texto como fuente de eventos históricos que le permitan construir un relato de acontecimientos del pasado (Lundy, 2008).

En segundo lugar, es necesario recurrir a la reflexión (McCaffrey, Raffin-Bouchal, Moules, 2012). La reflexión se basa en el círculo hermenéutico que focaliza la atención entre el texto y las estructuras de pensamiento del investigador, las cuales deben ser revisadas constantemente a medida que el investigador interactúa con el texto, lo que implica un proceso constante de entendimiento e interpretación (McCaffrey, Raffin-Bouchal, Moules, 2012).

En tercer lugar, se encuentra el diálogo. El investigador que se aproxima a un texto desde la hermenéutica desarrolla un diálogo con el texto, lo interroga, buscando respuestas a sus preguntas y formulando nuevas preguntas para el texto basadas en las respuestas que va obteniendo.

Luego, el investigador podrá abocarse a la interpretación del texto propiamente dicha, la que implica proceso cíclico que incluye un recorrido entre las partes del texto y el todo y entre el todo y sus partes. Para llevar a cabo su interpretación, el investigador deberá, también, reposar en las dimensiones de la hermenéutica. El investigador deberá leer el texto atendiendo a su conocimiento previo, lo que le permitirá pre-comprender el texto, lo que a su vez modificará su conocimiento como consecuencia de lo cual recorrerá un camino de ida y vuelta entre su bagaje de conocimientos y el texto. Asimismo, ahondará en el significado oculto del texto, es decir, lo que el texto no dice en forma explícita, descifrará los símbolos equívocos del texto, desempolvará las explicaciones que el texto de manera explícita e implícita incluye y tratará de explicarlas, es decir, de encontrarles sentido a la luz del propósito de la investigación. Luego, el investigador deberá traducir los mensajes del texto, transformándose en un mediador cultural, extrayendo la esencia del mensaje del texto histórico y adaptándolo a la realidad contemporánea del investigador.

Por ejemplo, para interpretar la posición de Freud sobre el complejo de masculinidad a la luz del carácter de lo femenino (Quintana, 2015) es necesario contar con un conocimiento previo del Psicoanálisis en general y de las nociones de carácter y del complejo de castración (Quintana, 2015). Este conocimiento previo permitirá al investigador comenzar por seleccionar los textos en los que Freud (1925, 1931, 1933) trata el tema (Algunas consecuencias psíquicas de las diferencias anatómicas, La feminidad y Sobre la sexualidad femenina). Luego, el investigador deberá examinar con sensibilidad histórica el contexto en el que Freud escribió estos textos. Deberá, a modo de ejemplo, comprender la sociedad de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, el rol de la mujer y del hombre en la sociedad de entonces, haciéndolo sin juzgar y sobre todo sin juzgar desde una mirada actual. Esto le permitirá reflexionar sobre sus propias estructuras de pensamiento y cómo las mismas afectan la interpretación del texto y cómo, al mismo tiempo, el texto modifica el pensamiento del investigador. Esto colocará al investigador en una posición de poder leer el texto y moverse en un círculo entre partes del texto y todo el texto y entre el todo y sus partes. Mediante distintos procesos intelectuales, incluyendo la evaluación crítica, la generalización, la comparación, la contrastación, la diferenciación, entre muchos otros, podrá navegar el texto y traducirlo al contexto contemporáneo, empleando varias de las estrategias usadas por los traductores de idiomas como el cambio de visibilidad, el cambio de coherencia o la trans-edición (Owji, 2013). Esto conllevará a lograr una comprensión plena de los textos en lo que respecta al problema investigado, es decir, el complejo de masculinidad siguiendo el ejemplo planteado.

Conclusión

a metodología de investigación de las Ciencias Naturales y de las Ciencias Sociales, incluyendo la investigación cualitativa, resulta inapropiada para llevar a cabo investigaciones en ciertas disciplinas, tales como el Psicoanálisis, el Derecho, la Crítica Literaria y la Teología, cuando su objeto de estudio son textos disciplinares. La interpretación de textos requiere de un método apropiado dada la complejidad y especificidad subyacente en la comprensión histórica, dialéctica y lingüística de los mismos.

La hermenéutica proporciona una alternativa adecuada para la interpretación de los textos. La interpretación hermenéutica ha sido empleada en investigaciones en diversas disciplinas con resultados exitosos. Sin embargo, no en todos los trabajos de investigación se explicita su uso, en parte porque la investigación, particularmente la que tiene lugar dentro del ámbito académico, está dominada por el modelo científico de las Ciencias Naturales y sus adaptaciones a las Ciencias Sociales.

En la investigación hermenéutica, el investigador se involucra en un proceso dialéctico en el que explora la historia del texto, reflexiona focalizando la atención entre el texto y las estructuras de pensamiento del investigador, dialoga con el texto, interrogándolo y buscando respuestas a sus preguntas e interpreta el texto en un recorrido de ida y vuelta entre las partes y el todo del texto. Para ello, recurre a cada una de las dimensiones de la hermenéutica: la lectura, la explicación y la traducción, contando para tales efectos con un sinnúmero de estrategias y procesos intelectuales que le permiten llegar a una comprensión profunda de los textos y así avanzar el conocimiento en la disciplina.

Referencias

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Notas

1. El razonamiento inductivo comienza con observaciones que son específicas y de alcance limitado y procede a una conclusión generalizada que es probable pero cierta, a la luz de la evidencia. El razonamiento inductivo se mueve de lo específico a lo general. El razonamiento deductivo comienza con la afirmación de una regla general y procede de allí a una conclusión específica garantizada. Si las afirmaciones originales son ciertas, la conclusión también debe ser cierta. El razonamiento abductivo generalmente comienza con un conjunto incompleto de observaciones y procede a la explicación más probablemente posible para el conjunto.

Notas de autor

1. Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, Argentina y Algoma University

2. Algoma University. Email: julian.hermida@algomau.ca

La hermenéutica como método de interpretación de textos en la investigación psicoanalítica (2024)
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