Los pacientes que han superado una úlcera gastroduodenal asociada a la bacteria 'Helicobacter pylori' pueden respirar tranquilos aunque su pareja también esté infectada por este germen, un hecho muy común en la población. Las posibilidades de que este microorganismo vuelva a anidar y a dañar su aparato digestivo no llegan al 7% después de un año. Ésta es la principal conclusión de un estudio español que sugiere que las parejas no actúan como reservorio de la bacteria y que el contagio es raro. El trabajo, publicado el pasado agosto en el 'European Journal of Gastroenterology and Hepatology' , confirma que no hay necesidad de tratar con terapia antibiótica a los compañeros de los pacientes ulcerosos.
Los pacientes que han superado una úlcera gastroduodenal asociada a la bacteria Helicobacter pylori pueden respirar tranquilos aunque su pareja también esté infectada por este germen, un hecho muy común en la población. Las posibilidades de que este microorganismo vuelva a anidar y a dañar su aparato digestivo no llegan al 7% después de un año. Ésta es la principal conclusión de un estudio español que sugiere que las parejas no actúan como reservorio de la bacteria y que el contagio es raro. El trabajo, publicado el pasado agosto en el European Journal of Gastroenterology and Hepatology, confirma que no hay necesidad de tratar con terapia antibiótica a los compañeros de los pacientes ulcerosos.
Para evaluar esta cuestión, investigadores pertenecientes al departamento de Gastroenterología del hospital La Princesa de Madrid siguieron durante un año a 120 pacientes de úlcera a los que se había erradicado la infección con antibióticos, así como a sus parejas. Después de un año se comprobó que sólo ocho se habían reinfectado. En siete de éstos (87%), el cónyuge era portador del germen, si bien un análisis molecular demostró en todos los casos que las cepas bacterianas de los consortes eran diferentes. Es decir, el contagio no procedía de la pareja.
Pero la presencia de este microorganismo era también muy habitual entre los compañeros de aquéllos que no resultaron contagiados: el 76% era 'Helicobacter pylori' positivo. El gastroenterólogo José María Pajares, firmante del trabajo, señala que estos resultados contribuyen a «restar temor» ante el riesgo de reinfecciones en personas que ya han experimentado una lesión gástrica a causa de esta bacteria y avalan la recomendación de no erradicarla en las parejas portadoras que no presentan sintomatología ulcerosa, «un aspecto que no está claro en los consensos científicos».
